lunes, 30 de julio de 2012

Sumando palabras. Reflexiones sobre la Declaración del 27 de julio



La Masonería no es un partido político; por ello no participa en la política partidista ni toma “partido” por unos u otros, ni permite que sus talleres se conviertan en agrupaciones encubiertas de los partidos políticos.


La Masonería no es una religión ni tiene dogmas que imponer a nadie; por ello no habla de religión en sus talleres ni indica a nadie en qué debe creer o dejar de creer; admitiendo todas las creencias o su ausencia.

La Masonería no es un sindicato, ni siquiera de intereses, pero sí tiene un interés muy especial, al menos en el Derecho Humano, por el cual afirmamos “la igualdad del hombre y de la mujer” […] y aspiramos “a que ambos logren gozar, en toda la Tierra y en forma igualitaria, de la justicia social, en una humanidad organizada en sociedades libres y fraternales” (art. 1 Constitución Internacional -CI-).

Y por que El Derecho Humano no habla de política partidaria y sí de Política; no de religión y sí sobre Laicismo; no de los intereses particulares y sí de los que afectan a hombres y mujeres, es por lo que trabajamos “hombres y mujeres fraternalmente unidos, sin distinción de orden racial, étnico, filosófico o religioso,” siguiendo “un método ritual y simbólico, gracias al cual sus miembros edifican un Templo a la perfección y a la gloria de la humanidad (art. 2 CI).

Y cuando las medidas económicas y políticas de un Gobierno, sea este o cualquier otro, día sí y otro también, da de patadas a los más elementales principios de justicia social, y desmonta el edificio del Estado de Bienestar o lo utiliza para favorecer a unos en detrimento de otros, “los masones deben hablar, denunciar, informar” individual y colectivamente. Y cuando los masones hablan individualmente y lo hacen de una forma mayoritaria y mostrando su preocupación por lo que ocurre, es cuando la “Federación […] debe tomar la palabra”, expresar el sentir de todos, y, haciéndose eco de ese sentir y del que es clamor en la calle, proponer “trabajos para el próximo curso con estas preocupaciones, e incluso, que la masonería se implique un poco más socialmente”.

Porque cuando las libertades públicas de reunión, expresión, el derecho a la educación, al trabajo, a la vivienda, a la atención en situaciones de marginación de miles de discapacitados físicos o psíquicos, enfermos de SIDA, ancianos en el medio rural… están en peligro es cuando hay que denunciar individual y colectivamente esta situación.

Porque cuando los responsables económicos y políticos de este desastre no sólo no reconocen ni la más mínima culpa sino que además se blindan con indemnizaciones millonarias, con leyes a su medida… es el momento de denunciarlos individual y colectivamente, sin que nos paralice una justificada preocupación por “tomar posiciones políticas o que pudieran ser confundidas con posiciones políticas”; porque no son tales, sino la aplicación de un certero “sentido crítico” de lo que supone ser masón: no aceptar ni compartir la complicidad silenciosa individual o colectiva.

En esta situación, “protestar deja de ser política para volverse una obligación moral”.

Decimos varios... “Porque la Masonería es, a nuestro “molesto” entender: Libertad, Igualdad, Fraternidad y más cosas”.

Candela y Ricardo.


30 de Julio. Día Internacional de la Amistad

La amistad entre los pueblos, los países, las culturas y las personas puede inspirar iniciativas de paz y presenta una oportunidad de tender puentes entre las comunidades, honrando la diversidad cultural.

Enlace a la resolución de la ONU.

viernes, 27 de julio de 2012

Declaración de la G.L.F.E. y del DH















La Gan Logia Femenina de España y la Federación española de la Orden Masónica Mixta Internacional El Derecho Humano se han unido para realizar la siguiente declaración:

 

 DECLARACIÓN DEL 27 DE JULIO 2012  

LIBERTADES Y DERECHOS 


En estas circunstancias políticas y económicas tan angustiosas que vive nuestra sociedad, la Masonería Liberal quiere alzar su voz para denunciar el feroz atropello que estań sufriendo los derechos logrados, tras la nefasta etapa del franquismo, por las mujeres y los hombres de los pueblos de España.

 Podemos decir que nos encaminamos al momento histórico más opaco a nuestra divisa: Libertad, Igualdad y Fraternidad. Una sociedad en la que los derechos de reunión y protesta son mermados, la libertad de la mujer a decidir sobre su maternidad restringida, la educación y sanidad públicas acosadas; la clases populares forzadas a pagar unas deudas que le son ajenas. En el horizonte se intuye una sociedad asustada y empobrecida, pasto de la intransigencia y la ignorancia, contraria al proyecto ilustrado que buscaba crear seres humanos educados, ajenos al fanatismo y libres de la agresión generada por la ambición desmedida y destructiva, que en estos tiempo llamamos Mercados. 

La sociedad civil ha de reaccionar, defender sus derechos, defender la justicia social, base para construir una sociedad democrática y participativa. 

 La Masonería Liberal, en su aspiración a formar hombres y mujeres libres de toda tutela, quiere expresar su repulsa al asedio que sufre el estado de bienestar y las libertades civiles, su firme y tenaz voluntad de trabajar por el proyecto ilustrado de ciudadanía, única vía para que los seres humanos sean más libres, iguales y solidarios. 

GRAN LOGIA FEMENINA DE ESPAÑA www.glfe.org

FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE LA ORDEN MASÓNICA MIXTA INTERNACIONAL“EL DERECHO HUMANO” www.elderechohumano.org

martes, 24 de julio de 2012

El buen masón a pesar de Anderson



II.- DE LA AUTORIDAD CIVIL, SUPERIOR E INFERIOR 
El masón, debe ser una persona tranquila, sometida a las leyes del país donde esté establecido y no debe tomar parte ni dejarse arrastrar en los motines o conspiraciones fraguadas contra la paz y contra la prosperidad del pueblo, ni mostrarse rebelde a la autoridad inferior, porque la guerra, la efusión de la sangre y los trastornos, han sido siempre funestos para la Masonería.......
Constituciones de Andersón, 1723

El bueno del pastor Anderson se equivocaba y se contradecía al tiempo ya que mientras que por una parte afirmaba que el masón no debía tomar parte en acciones contra la paz y la prosperidad del pueblo, por otra no dudaba en defender la más estricta sumisión al poder como mejor medio para que la masonería pudiese seguir desarrollándose en paz. Afortunadamente ya no estamos en 1723, tras el  bueno de Anderson vinieron otras personas que entendieron la masonería como un compromiso social y como la vía para alcanzar sociedades más justas y en las que fuese posible una realización del ser humano en felicidad. El nacimiento de Le Droit Humain es una buena muestra de esto. 

A pesar de todo hay una cuestión en la que Anderson acertaba y que es casi lo único que puede ser salvado hoy en día del referido artículo, allí donde dice que el masón no debe tomar parte ni dejarse arrastrar en los motines o conspiraciones fraguadas contra la paz y contra la prosperidad del pueblo, podríamos afirmar "contrario sensu" y sin apartarnos ni un ápice de la doctrina "andorsiana", que el masón debe luchar contra aquellas situaciones en las que se encuentre en juego el bienestar y la felicidad del pueblo. Es decir que quien se considere buen masón deberá manifestarse con los medios que se encuentren a su alcance en contra de cualquier política que lleve la desgracia al pueblo y, en consecuencia, no nos queda más remedio que denunciar las actuales políticas de agresión que sufre la inmensa mayoría de nuestra sociedad con el único fin de que unos pocos medren a costa del sacrificio de muchos.

La política, aquella que se entiende como pugna partidista, siempre debe estar fuera del trabajo en el taller ya que como la realidad nos muestra un día sí y otro también, resulta incompatible con la ética y la manera de entender la sociedad de la masonería. Por el contrario, la gran política, aquella que se preocupa del bienestar de los seres humanos, debe estar presente en el trabajo de aquellos que nos conjuramos para trabajar por el Progreso de la Humanidad.  

No valen medias tintas ni actitudes tibias, el mandato de quienes nos precedieron, de quienes iniciaron una nueva forma de entender el trabajo masónico, era y sigue siendo meridianamente claro, siendo renovado en cada una de las puestas al día de nuestra Constitución Internacional, y por ello debemos dejar claro que las actuales políticas económicas acometidas tanto en nuestro país cómo en otras partes de Europa van en sentido contrario al que exige nuestro compromiso de Libertad, Igualdad y Fraternidad y que, por tanto, deben ser denunciadas sin el menor atisbo de duda por quienes tenemos un compromiso firme de tratar de llegar a sociedades justas y felices.

Ante la actual agresión a derechos fundamentales debemos mostrarnos absolutamente intolerantes y utilizar todos los medios a nuestro alcance para poner fin a un estado de cosas que, de no cortarse de manera inminente, pueden conducir al mayor desastre social de la época contemporánea.  

Si Europa deja de ser el referente en políticas sociales y de igualdad podemos estar seguros que toda la humanidad habrá perdido el mejor faro para encontrar el camino hacia esa sociedad que los masones consideramos el ideal y cuyos cimientos comenzaron a ponerse en nuestro continente no hace tanto años.

He dicho


viernes, 20 de julio de 2012

El olvidado asombro

todo se transfigura y es sagrado,
es el centro del mundo cada cuarto,
es la primera noche, el primer día,
el mundo nace cuando dos se besan,
gota de luz de entrañas transparentes
el cuarto como un fruto se entreabre
o estalla como un astro taciturno
y las leyes comidas de ratones,
las rejas de los bancos y las cárceles,
las rejas de papel, las alambradas,
los timbres y las púas y los pinchos,
el sermón monocorde de las armas,
el escorpión meloso y con bonete,
el tigre con chistera, presidente
del Club Vegetariano y la Cruz Roja,
el burro pedagogo, el cocodrilo
metido a redentor, padre de pueblos,
el Jefe, el tiburón, el arquitecto
del porvenir, el cerdo uniformado,
el hijo predilecto de la Iglesia
que se lava la negra dentadura
con el agua bendita y toma clases
de inglés y democracia, las paredes
invisibles, las máscaras podridas
que dividen al hombre de los hombres,
al hombre de sí mismo,
se derrumban
por un instante inmenso y vislumbramos
nuestra unidad perdida, el desamparo
que es ser hombres, la gloria que es ser hombres
y compartir el pan, el sol, la muerte,
el olvidado asombro de estar vivos; 
Estrofa deVersión electrónica de "Piedra de sol" de OCTAVIO PAZ

lunes, 16 de julio de 2012

Discurso de clausura de la XIV Asamblea Internacional

“A las emociones les faltan las palabras” dijo Víctor Hugo, un visionario cuya luz iluminará esta plancha en varias ocasiones....Será necesario no obstante controlar los sentimientos, agradeciéndoos en primer  lugar Hermanas y Hermanos  por haber hecho de este XIV Convento Internacional un reencuentro de culturas, de ideas y de corazones de los cinco continentes:
Agradecer también a los representantes de las Obediencias amigas con quienes hemos tenido el honor de compartir este gran momento como es la Tenida de clausura de un Convento Internacional. 

Reconocer calurosamente a todos los que con sus competencias y esfuerzo, han trabajado en la sombra desde una perspectiva material e intelectual, para el mejor desarrollo de este encuentro extraordinario. Muchas gracias: Majo, Florence, Marie-Chantal, Claudette, Hélène, Michèle, Claude y también a todos los que han colaborado y no he nombrado...

Para finalizar, agradecer a nuestro nueva Gran Maestre de Honor y a las Hermanas y Hermanos que han tenido esa responsabilidad porque cada uno ha dado lo mejor de si mismo para servir a nuestro DROIT HUMAIN.

La Hermana Danièle Juette, mi predecesora, asistida eficazmente por el pasado Gran Maestre Adjunto, el Hermano Antonio Ceruelo, ha continuado la obra de apertura comenzada por su predecesor, acercando a las HHª.·.y HH.·., tomando en cuenta que los límites del mundo masónico no están a años luz de distancia; llevando alto, lejos y con toda dignidad la Masonería mixta concebida por María Deraismes y Georges Martin.

Permitidme un recuerdo emocionado para el M.·.Il.·.H.·. Marc Gorjean, que pasó a la Gran Logia Eterna el 1 de enero pasado: Hace ya 38 años y algunos días era el Hermano Orador de mi Logia de Epinal, cuando recibí la Luz.

Hoy, tomo conciencia de la responsabilidad que me confiasteis ayer, después de tres  elecciones consecutivas. Voy a esforzarme por mostrarme digna de la confianza con la que me habéis investido. Vosotros, HHª.·. y HH.·. podéis estar seguros que nuestro Supremo Consejo unido, prestara oídos a todos y estará siempre cerca de cada uno de vosotros. Comenzamos un nuevo tiempo de trabajo para nuestro nuevo Supremo Consejo, para todas las HHª.·. y HH.·. de las 22 Federaciones, 8 Jurisdicciones y 25 Logias pioneras de la Orden.

Después de los años invertidos en estudiar a fondo nuestra Constitución, ha llegado el momento de su puesta en marcha. Después del trabajo perseverante de la Comisión Internacional, de las propuestas de las diferentes Federaciones, de la decisión de los Delegados, tenemos una nueva y sólida herramienta, sobre la cual podremos apoyarnos: el conjunto de leyes de la Orden: estarán mejor adaptadas, serán más claras y accesibles. Este conjunto de leyes está siempre precedido por la Declaración de Principios que, en su espíritu no ha variado desde el 1º Convento Internacional de 1920; una Declaración presente en todos los trabajos de nuestros Talleres que une con sus palabras, sencillas pero llenas de significado y de promesas, a toda la familia de Le Droit Humain, Así, al mismo tiempo y en todas las latitudes es mediodía en nuestras Logias: de Chicago a Antananarivo, de Helsinki a Johannesburgo, de Montreal a Belgrado, de Praga a Tokio, al igual que de Marsella a Melbourne, los principios de nuestra Orden están siempre bajo la atenta mirada de un grupo de HHª.·. y HH.·.. Principios presentes, principios vivos.

Los principios, como su etimología indica, son a la vez el comienzo y el mandato, la prioridad y la superioridad en todos nuestros actos de Francmasones. Recordemos siempre que nuestros principios han sido adoptados por todos los pueblos que desean vivir con dignidad. Para nosotros HHª.·. y HH.·. de LE DROIT HUMAIN, es nuestro primer deber hacerlos perdurar donde estamos implantados y la tarea no es fácil. Maria Deraismes ya lo había presentido cuando dijo antes de partir para la Gran Logia Eterna, “Os dejo el Templo inacabado...”

El mundo del siglo XXI no es más simple, ni más libre, ni más justo que el de los tiempos que vivió nuestra Orden al nacer, y los obstáculos son numerosos aunque la comunicación y los viajes sean aparentemente más fáciles.


Ni la Libertad, ni la Igualdad, ni la Fraternidad, ni la Justicia, ni la Laicidad reinan sobre la Tierra y nuestro entorno es, a menudo, hostil.

Si los fundamentos se encuentran siempre de actualidad, debemos ahora interrogarnos sobre nuestra capacidad de transmitir las ideas, sobre nuestra eficacia para desarrollarlas, sobre nuestra voluntad para ver este mundo tal y como es, pudiendo así conocer mejor los medios para nuestras acciones.

“Se resiste a la invasión de los ejércitos pero no se resiste a la invasión de las ideas”, escribía
Victor Hugo cuando estaba en el exilio.

Nuestra Gran Maestre nos decía en 2007 que lo importante era ¡no dejarnos sobrepasar por los tiempos!

Nuestra modernidad consiste en adaptar los valores tradicionales al tiempo que nos ha tocado vivir, para aumentar el bienestar de todos, teniendo la curiosidad de ir más allá, detrás de los horizontes; elevando filosóficamente nuestro espíritu. Esto nos debe permitir liberarnos de todos los dogmas, ya sean filosóficos o religiosos, librarnos de la decadencia social, para ser capaces de reinventar el mundo.

Es tiempo de reflexionar sobre la apertura exacta del Compás, también sobre la implicación de este ángulo en nuestra reflexión y su utilidad en nuestras acciones en el exterior. Los artículos 2 y 3 de nuestra Constitución Internacional deber ser el hilo conductor de nuestras vidas como Francmasones de LE DROIT HUMAIN: utilizando el método simbólico para trabajar nuestro perfeccionamiento y el progreso del mundo.

Conocido el símbolo, hay que reinterpretarlo en función de cada una de nuestras sensibilidades, y sobre todo dotarlo de sentido en Logia y en la vida profana, sin eso, el símbolo se enquista y solo tendría sentido para los futuros historiadores de la Masonería.

Reflexionar en nuestras Logias, con nuestras herramientas como verdaderos útiles de trabajo, sobre los medios para aplicar en el exterior, a través nuestras acciones y nuestros comportamientos, con ese fin y cito nuestra Constitución “...Establecer la justicia social, la felicidad que sea posible alcanzar a cada individuo...”. Nuestros principios son la hoja de ruta, el GPS, nuestros rituales son los vehículos; las Tenidas y nuestras vidas son nuestros viajes: así descubrimos toda nuestra diversidad con alegría, así sabremos encontrar los medios para unirnos.

Utilizar el ritual como una herramienta que se adapta a las manos de cada uno, que habla a cada uno, porque es comprendido, porque se adapta a aquello que se busca, a aquello que camina , a aquello que vive...

Utilizar todas nuestras herramientas para edificar sobre nuestros principios un mundo habitable y fraterno: para nosotros, para las generaciones que nos seguirán, porque tenemos un ejemplo que ofrecer y transmitir.

“Este siglo está en la trinchera y yo soy el testigo” escribía siempre Victor Hugo, pero ser testigo no es suficiente, necesitamos ser actores, en cualquier lugar donde nos encontremos. Todos juntos tenemos que trabajar, y el Supremo Consejo en primer lugar; porque es el gobierno de la Orden, el conservador del Rito y el garante de nuestros principios. Debe ser también el coordinador, el artífice de la unión de todos los miembros de la Orden, respetando escrupulosamente las especificidades de cada uno. Trabajará para que nuestra orden Le DROIT HUMAIN sea más atractiva para las jóvenes generaciones y continúe desarrollando los intercambios y la solidaridad entre sus miembros.

Pero esto debe ser más conocido y mejor reconocido y solo desde nuestra unidad puede tener éxito.

La Orden es singular en numerosos puntos. Nuestros fundadores fueron visionarios al inventar una estructura mixta, internacional ofreciendo al mismo tiempo la posibilidad a cada uno de progresar en la vía iniciática. Estas tres características son un triple triunfo que nos ayuda a adquirir conocimientos, a extendernos más, y a saber transmitir para construir un edificio sólido, perdurable, útil.

La mixtidad, y eso lo constatamos en todas las Obediencias, se ha convertido en una tendencia moderna. Nosotros tenemos una experiencia de más de 119 años, hemos aprendido a trabajar juntos. HH.·. y HHª.·. unidos, porque, si hemos nacido como hombres y mujeres, en Logia somos Francmasones. En el mundo actual, nuestra mixtidad debe desarrollarse en todos los planos posibles: mixtidad hombres-mujeres ciertamente, pero también mixtidad social, mixtidad cultural que es, todavía, muy tímida.

Nuestra internacionalidad, nosotros lo vemos, es el campo de aplicación de nuestros principios. Ahora bien, no se trata de experimentar; consiste en crear en cada Logia de la Orden, las condiciones de un trabajo constructivo de excelencia. El Supremo Consejo debe procurar, en la medida de sus posibilidades, y como ha hecho, sobre todo en los últimos 15 años, los intercambios. Iniciativas que hacen crecer nuestra Orden tanto física como éticamente: este es uno de los deseos que vosotros votasteis ayer; yo os invito a los Grandes Comendadores, a los presidentes de Consejos Nacionales o Federales, así como a los Hermanos y Hermanas y a los Talleres, para que no dudéis en ir más allá de las fronteras, a intercambiar prácticas, trabajos, experiencias, en definitiva: a construir juntos. Le DROIT HUMAIN es un rompecabezas donde todas las partes son interdependientes, unidas en un todo armonioso. Ciertamente, hay muchas diferencias, pero la equidad en el tratamiento, será, como decía siempre Victor Hugo la primera igualdad, precisando: '' He dicho igualdad, no he dicho identidad ”…

Es ésta, la preocupación por la igualdad entre todos, lo que hará preservar nuestras diferencias, pero también la magnífica mixtidad que percibimos en cada uno de nuestros Conventos Internacionales.

A la manera de Albert Camus, pero en nuestro campo masónico, yo diría que es porque me encanta mi Federación de origen, por lo que puedo amar con fuerza nuestro internacionalismo: es un activo al que todos deben prestar atención, esté donde esté: no hablo de hacer “turismo masónico'', sí de intensificar nuestras acciones internacionales. No permanecer cerrados en nosotros mismos, saber que existimos y que el ideal que aplicamos es un ideal de progreso, de paz y de fraternidad.

Somos diferentes, ¿y qué? Estamos en estructuras de desigual importancia en número, que abordan los problemas de manera diferente. ¿Y qué? Tenemos océanos y miles de kilómetros entre nosotros, ¿y qué?. No son ni las diferencias de cultura, de costumbres, de importancia en número, ni las distancias las que pueden hacernos peores: Tenemos sin falta que encontrar lo que conviene a nuestra Orden en el siglo XXI, y enseguida, escoger: los pioneros de la Orden mostraron el camino. A nosotros nos toca seguir ampliando nuestra presencia, desarrollando nuestras estructuras, practicando más todavía nuestra lengua común, nuestro particular esperanto; la lengua que Georges Martin escogió para nuestra Orden: El R.·.E.·.A.·.A.·. que es, recordémoslo, la referencia en todas las Constituciones de LE DROIT HUMAIN, pero también el Rito masónico más extendido en el mundo, porque, siempre, se ha adaptado a las sensibilidades más diversas. Debemos asegurarnos de que al igual que nuestros rituales, la diversidad de nuestros miembros también pueden ser acomodadas, como nuestras culturas y nuestras convicciones, ofreciendo a nuestros Hermanos y Hermanas la posibilidad de descubrir la herramienta de apertura y la creación, que permita a cada uno encontrar la vía original, su camino de perfección, de acuerdo con su personalidad y nuestros principios.

Es esencial recordar, como hizo la M.·. III.·. Hª.·. Danièle Juette este miércoles, ante los representantes de las Logias pioneras, que la Masonería no se aprende en los libros, sino en la Logia, entre los Hermanos y Hermanas. Por mi parte me gustaría añadir que en esta Masonería liberal y adogmática que es la del Derecho Humano, nuestros rituales no están allí para afirmar las creencias, porque sería entonces el camino hacia la exclusión de gran parte de la humanidad.

En uno de nuestros rituales, al final de los trabajos, queremos extender fuera el trabajo comenzado en el templo, éste fue el tema de la cuestión internacional del Convento 2007: es necesario que esta obra lleve la marca del amor fraterno, la alegría de trabajar juntos. No nos olvidemos de cultivar en nuestros talleres, día tras día, las flores de la fraternidad: son las guardianas más fieles de la eficacia de nuestras acciones, porque sin la fraternidad vivida y sentida en igualdad, nada grande puede suceder.

Estos cuatro días nos han permitido conocernos mejor, apreciarnos más, comprender también que el camino que tomamos cada uno en torno a nuestras Federaciones,  jurisdicción y logias pioneras, convergen hacia un mismo objetivo.

Mañana cuando las velas se apaguen, quedará en nosotros todo el calor que hemos recibido los unos de los otros, calor que transmitiremos a los que no han podido estar presentes es estos privilegiados momentos. Antes de unirnos en una calurosa cadena de unión, deseo, para estos cinco años que comienzan, tener en cuenta un pensamiento del emperador Marco Aurelio, de hace dos mil años pero de plena actualidad: '' Que la fuerza me sea dada para soportar lo que no puede ser cambiado, valor para cambiar lo que puede ser, pero también sabiduría para distinguir lo uno de lo otro”.

He dicho.

viernes, 13 de julio de 2012

Y la masonería ¿Qué dice?


Hace no muchas fechas algunas personas desde distintos blogs y redes sociales se quejaban de la falta de posicionamiento de "la masonería" sobre la actual situación de crísis en la que nos movemos desde hace algunso años. Llama la atención que quienes así se manifestaban fuesen masones, más que nada porque se supone un plus de conocimiento en quienes pertenecemos a la Antigua y Venerable Orden de los Hijos e Hijas de la Viuda.

La masonería, como bien se debería de conocer a estas alturas, no es un ente monolítico, no existe la "internacional masónica", no tenemos en consecuencia, pese a lo que piensan los indocumentados de siempre, ninguna superestructura internacional con una cúpula que decide cómo y de que manera nos posicionamos, quienes pertenecemos a ella, ante los acontecimientos sociales, políticios y económicos. El conocido aserto "un masón libre en una logia libre" define perfectamente "el ser masón", la práctica del oficio como una tarea personal que se inicia en el taller y que cada cual debe llevar a la sociedad de la manera que considere más conveniente.

En cualquier caso, y por lo que atañe a nuestra Orden, es claro que sí se posiciona regularmente ante los problemas de la sociedad en la que nos encontarmos inmersos. Los trabajos sociales de cada una de las Federaciones vienen a dar respuesta a lo que los masones de cada una de ellas entiende como problema más acuciante en cada curso. No se trata de una respuesta inmediata a un problema concreto en un momento puntual sino, más bien, de una reflexión sosegada a una cuestión algo más intemporal. El proceso nace en las logias y de la reflexión de cada una de ellas se llega a una síntesis que la Asamblea anual hace suya y con ello se convierte en el pensamiento de todos y cada uno de los miembros de la Federación. Algo similar ocurre, cada cinco años, con la toma de postura de la Orden sobre una cuestión específica sobre la que se trabaja entre Asamblea y Asamblea Internacional.

La masonería habla pues, otra cosa es que lo haga con la misma letra y al unísono, que también como lo demuestran los trabajos del Espacio Masónico de España (EME). Pero somo organizaciones diferentes con posturas diferenciadas y con "tempos" en ocasiones no coincidentes lo que no significa que sean divergentes.

Por otra parte, y al ser una obviedad no debería hacer falta ni señalarlo, si una corriente masónica determinada -y aquí me refiero a un conjunto de Obediencias unidas por una suerte de ideariocomún- se mueve bajo los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad está hablando siempre y en cualquier ocasión sin necesidad de levantar su voz. El contenido de la triple divisa de la masonería liberal no precisa ni de máyores explicaciones ni tan siquiera de una puesta al día, tiene el mismo valor hoy que en el siglo XVIII. Otra cosa es que se quiera escuchar.

Por si todo lo anterior no fuese explicación suficiente sobre el cómo y el cuando habla la masonería, está la voz de quienes pertenecemos a ella y que nos expresamos de manera frecuente en todo tipo de foros llevando a la sociedad no el pensamiento de "la masonería" obviamente, pero sí el de personas inbuidas de un espíritu concreto y común a todos y que se puede resumir en la comunión en una  "ética masónica", corolario de la triple divisa común a todos nosotros. No será una voz unitaria pero desde luego tampoco disonante. Se diferenciará de la psotura de este o aquel partido o coincidirá con ellos en algún punto, estará más próxima a unos que a otros pero siempre en base al respeto que cada uno de ellos tenga por la suma de lo que encierra la divisa masónica, de toda ella, nunca de cada uno de sus componentes tomados de manera aislada.

Finalmente, estoy convencido de que este blog, obra coral y por ella variada y heterogénea puede ser un buen ejemplo de como y sobre que hablamos quienes estamos en masonería y de forma concreta en nuestro caso de quienes trabajamos desde la mixidad y el internacionalismo, Le Droit Humain. Ahí están nuestros trabajos o los ajenos que entendemos responden  a nuestro ideario, ahí está nuestra voz, nuestra denuncia y nuestro compromiso. La masonería sí habla por la boca de los masones.

He dicho

martes, 10 de julio de 2012

La Libertad, idea-fuerza de la Masonería

Foto de Gérard Rancinan

 El término “libertad”, así como sus inseparables “igualdad” y “fraternidad”, es una idea-fuerza, orientadora del quehacer masónico tanto en los límites de la logia como fuera de ella. Tales conceptos son ante todo principios éticos, pero también fines utópicos (en el sentido de “aquello que podría ser posible”) y coherentemente medios para alcanzar dichos fines. Son principios porque son inspiradores de la acción y de la reflexión. Son medios porque señalan lo que es lícito y deseable hacer para alcanzar nuestro deseos, y son fines porque nuestra acción ha de encaminarse permanentemente a la instauración, profundización y ampliación de lo que estos conceptos signifiquen en el mundo profano, en su concreción contextual, personal y socio-política.

Hay que distinguir entre “independencia económica” y “libertad”: si bien la primera puede coadyuvar a que la segunda se desenvuelva, en absoluto ello significa que la libertad no exista si no hay independencia económica. Por fortuna, la libertad es algo más que la simple y frecuentemente ilusoria “libertad” de consumo o de uso de bienes, que es lo que posibilita entre otras cosas la independencia económica. Pero también es cierto que en ciertos contextos y casos socialmente significativos, en la sociedad capitalista de mercado actual, la independencia económica facilita que la libertad de elección de las personas pueda desarrollarse sin cortapisas. Por ejemplo, en el caso de mujeres amas de casa, sin rentas propias, que son maltratadas por su maridos; o la del joven en paro que no puede optar por irse de casa porque no tiene dinero propio para ello...

La libertad filosóficamente hablando se describe y analiza en un doble sentido: como libertad negativa, es decir, de libertad como acción intencional no constreñida, no condicionada, que es aquella a la que se refieren expresiones del tipo “estar libre de”. La no independencia económica sería una de estas limitaciones de la libertad, pero también lo son las tradiciones, los dogmas, la obediencia ciega a las jerarquías, la creencia de que el saber del hombre es de más valor que el saber de la mujer, etc.

También está la libertad positiva, que se expresa como “libertad para” pensar, expresarse, decidir, participar, asociarse, reunirse, etc., es decir, la libertad para actuar en pro de la humanidad, de su dignidad, de su igualdad en derechos y deberes. Esta libertad, que se concreta usualmente en términos jurídico-políticos, son propiamente las libertades democráticas, o que la democracia debiera tender a instaurar, profundizar y ampliar.

Finalmente, algunos pensamos que además está la libertad “compartida” o igualitaria, que se rige por la máxima de “mi libertad es tal sólo si es la misma y en el mismo grado que para los demás”, lo que significa que las libertades concretas deben avanzar más allá de su positividad jurídica, para construirse como igualdad social, es decir, como igualdad entre distintos.

viernes, 6 de julio de 2012

Masonería liberal: Autonomía y Libertad



Estas reflexiones de Castoriadis bien nos pueden llevar a meditar sobre el por qué de la masonería liberal, la razón de su existencia. La respuesta bien puede estar en que su último fin es el de crear individuos autónomos en sociedades libres y por eso toma por suya la divisa revolucionaria Libertad, Igualdad, Fraternidad. Ahí radica, en su divisa, el afán que guía la masonería contemporánea, libre de todo dogma impuesto, incluso de los fundacionales. Una divisa que busca establecer la libertad de los seres humanos en su igualdad para, así, conseguir la fraternidad entre ellos. Una masonería progresiva enraizada en la tradición pero abierta a los cambios, con el objetivo último de liberar al ser humano de toda tutela, formar ciudadanos libres y solidarios.

lunes, 2 de julio de 2012

La piedra cúbica


Sobre la piedra cúbica, y con suavidad, hace el novísimo Compañero el primer trabajo de su nuevo grado. Ya dejó el desbaste de la piedra bruta. Se cierra un ciclo y se abre otro. Y como en todo ciclo se volverá a pasar por el necesario desbaste al que añadimos el pulido para construirnos en esa piedra que encaje en el muro común. Podría pensarse que el trabajo está acabado cuando se es recibido en el grado de Maestro. Ya se ha pulido la piedra hasta hacerla tan cúbica que se ajusta a la perfección con el resto, tan cúbicas como ella, y de medidas tan exactas e iguales que el encaje en el hueco reservado a ese nuevo Maestro es suave, como el de las piezas en el molde del que salieron. Hay una cierta satisfacción táctil en ese juego de “tapar” el hueco de la obra, como cuando azulejamos una pared y al llegar a una esquina la pieza es perfecta, no tenemos ni que recortarla, se desliza tan perfectamente en el hueco que hasta sobra el cemento. Qué satisfacción entonces. Nos alejamos un poco y miramos el trabajo: Todas las piezas encajan. Hemos trabajado bien.

Dicen los que dicen saber de esto (de obras), pero de oficio corto, que las mejores formas para alicatar o enlosar son el triángulo, el cuadrado y el exágono, y sólo consigo mismos, que mezclarlos es complicado y no hay manera de hacer nada que luzca. Hay que desperdiciar mucho material, lleva mucho trabajo y al final sólo consigues una chapuza. Construir un muro con piezas que midan distinto una de otra es la pesadilla de los malos albañiles. No hay manera de que les casen las piezas. Lo fácil es usar piezas estándar, todas de las mismas medidas, sea el formato métrico, catalán o cualquier otro, para que el aparejo y enjarje cuadren.

Así, con perfectas y cúbicas medidas se han construido majestuosos edificios, como El Escorial, pero también horrorosos, como los mamotretos soviéticos: austeros, cuadriculados, gigantescos. En los que el más mínimo adorno era un síntoma de desviacionismo pequeñoburgués, de funestas consecuencia para su autor.

Ambos -el imperial y el proletario- adolecen de calidez en sus formas. Aplastan los sentidos y los deseos. Los miras y sientes la soberbia de quienes mandaron construirlos. En modo alguno invitan a que entres en ellos para encontrar lo básico de una casa: el calor, la protección. Están hechos para causar admiración, miedo, transmitir el poder de su dueño, la grandeza de su vida… En definitiva para que lo adores: A él y a su obra. Y si te sobrepones a esa inmensidad de piedras cúbicas, de ventanas y puertas -todas iguales-, lo que te transmiten es aburrimiento. Un soberano aburrimiento en sus líneas, colores, formas, volúmenes. Todo es anodino y gris. Todo es idéntico a sí mismo. Una repetición de las mismas cosas lo mires por donde lo mires. Imposible encontrar una diferencia.

Ciertamente, construir con piedras cúbicas, de medidas estandarizadas, permite una construcción rápida donde cada piedra encaja fácilmente y es indiferente que se coloque más arriba o más a la derecha. Da igual. No se requiere ningún esfuerzo mental para elegir cual pongo antes o en qué sitio. Sus ángulos son iguales a los de cualquier otra de las piedras: Monocordes.

Pero no todas las obras hermosas se han levantado con piedras cúbicas. Iguales entre sí. Hay otras construcciones, con otras piedras, que ajustan tanto como las cúbicas, pero que requieren más trabajo de ajuste, cierto, como es el caso del muro de Cuzco.

La multiplicidad de ángulos no le resta fuerza ni belleza al conjunto y nos habla de la sabiduría de sus constructores para trabajar y aprovechar las virtudes de todas sus piedras. Colocándolas allí donde mejor encajan y son más útiles a la obra común.

Así, de esta forma, somos las personas: diferentes. Cada uno con su opinión, su experiencia, su dedicación, su compromiso. Sin que las diferencias tengan que ser vistas como agresiones ni crear incomodidades, sino que se tomen como aportaciones que enriquecen y apoyan a las de otros. Buscar piedras cúbicas exactas es anular la riqueza de la variabilidad humana. Trasladar el simbolismo de la “piedra cúbica” a la uniformidad de criterios, de creencias, de comportamientos es perder de vista uno de los objetivos de la masonería: unir lo disperso.

En la masonería “liberal” se tiene a gala la apertura y aceptación de todas las ideas, creencias o no, filosofías, ideologías… por dispares que sean, basta que el proponente de ellas sea “libre y de buenas costumbres” -con todo lo que esa fórmula encierra de librepensamiento, respeto y tolerancia-, por contraposición a lo que la masonería “regular” tiene como norma de sólo admitir entre sus miembros a creyentes… y hombres. Y esta diferencia entre una y otra concepción de la masonería no hace que las “piedras cúbicas” de la “liberal” o “regular” sean mejor o peor, sino diferentes. La única dificultad, a mi entender, es que en la “regular” se pierde la riqueza de enfoques por sexos, filosofías, ideologías… algo que también puede ocurrir en la “liberal” si las “piedras cúbicas” que se van poniendo en la obra, por las razones que sean, se quieren “idénticas” a las ya existentes en creencias, opiniones, ideologías; dándose, entonces, un sesgo que empobrece la diversidad de criterios…

Antoine de Saint-Exupery entendía la diversidad de opiniones como una virtud tan importante en la construcción personal como masón, que declaraba: “Si tu difieres de mí, hermano mío, lejos de herirme, me enriqueces.”



Ricardo