domingo, 20 de junio de 2010

Un paseo con Hans Castrop bajo las estrellas.

Mientras paseaba Hans con su primo Joachim una tarde de junio en el sanatorio de Berhoff, en la Montaña Mágica... 




...cuando el Sol haya entrado en la constelación de Libra, dentro de unos tres meses, los días se habrán acortado de nuevo de manera que el día y la noche sean iguales. Luego seguirán disminuyendo hasta la Navidad, ya lo sabes. Pero, ¿se te ha ocurrido pensar que, mientras el Sol atraviesa los signos de invierno, Capricornio, Acuario y Piscis, los días vuelven a alargarse? Porque entonces se acerca otra vez el equinoccio de primavera, por tercermilésima vez desde los tiempos de los caldeos, y así, los días se alargan y se alargan hasta cerrar el ciclo del año, hasta que vuelve a comenzar el verano.

-Naturalmente.

-Pues no. Es una paradoja digna del pícaro Till Eulenspiegel. En invierno, los días se alargan y en cuanto llega el más largo del año, el veintiuno de junio, el principio del verano, se invierte el proceso, y los días se van acortando a medida que avanzan hacia el invierno. Te parece muy natural , pero al margen de que nos parezca obvio, en algunos momentos también puede producir horror, un vértigo terrible, porque no encontramos nada a lo que agarrarnos. Pensar que el inicio del invierno en realidad es el inicio de la primavera, y que cuando empieza el verano, en realidad empieza el otoño... ¡Parece una broma pesada de Eulenspiegel! Nos engañan como a ilusos; no hacemos sino girar en circulo con la esperanza de alcanzar una meta que, después de todo, ya es el punto de inflexión hacia otra cosa... Un punto de inflexión en un círculo sin salida... ¡Un carrusel!

-¿Un carrusel?

-Si. La fiesta del solsticio de verano... Las hogueras de San Juan, los corros, los bailes en torno al fuego... Los hombres primitivos festejaban y danzaban alrededor de las hogueras movidos por un orgullo lleno de melancolía y una melancolía llena de orgullo; por una especie de desesperación positiva, si quieres darle ese nombre; lo hacen en honor de la paradoja del círculo y de esa eternidad sin duración y sin direccionalidad en la que todo vuelve y se repite una y otra vez.

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